Un jardín urbano en un ático.
La Habitación Verde es un equipo de jóvenes paisajistas y arquitectos que se ha propuesto romper con la idea de que contratar a un profesional del diseño de jardín es elitista y complejo. Su apuesta es un diseño “útil” que se aproxima a las necesidades del cliente y para conseguir el máximo rendimiento de la terraza o jardín.
¿Cúal fue tu primera vez?
Estábamos trabajando cada uno en un estudio, Javier en un importante estudio de arquitectura y yo desde hacía unos años en un estudio especializado en paisajismo, pero la verdad es que la idea de crear nuestra propia marca y montar el estudio nos llevaba rondando unos cuantos meses.
Hacíamos trabajos puntuales de diseño de jardines para una empresa de jardinería en los ratos libres que nos permitían nuestros respectivos trabajos, así que cuando surgió la posibilidad de hacer este ático nos decidimos a comenzar con La Habitación Verde.
El encargo llegó gracias a un reencuentro, durante una comida con un par de antiguos compañero de colegio, en realidad se podría decir que fue nuestro ¡primer cliente gracias a facebook!, la casualidad fue que este amigo trabajaba con otro compañero de colegio que era el dueño del ático y cuando nos juntamos para comer nos pidió que pasáramos por la casa a ver la terraza y tantear si podíamos hacer algo porque, como él mismo reconocía, la tenía hecha un auténtico desastre. La verdad es que fue una suerte porque la terraza tenía unas vistas magníficas y muchas posibilidades, así que nos pusimos manos a la obra.
Tras aquella primera visita estuvimos varias veces con ellos planteando qué querían hacer en la terraza, hablando sobre el tipo de uso, el estilo del diseño, el mantenimiento, etc. y en definitiva sobre lo que deseaban, no eran ni son grandes aficionados a la jardinería pero eran conscientes de que la terraza era una parte muy especial de su casa que no estaban usando y era una pena.
Además de no utilizar el espacio por no tenerlo acondicionado habían tenido goteras y problemas con los vecinos porque toda la cubierta del edificio desagüaba en su terraza, y tenido que desviar todo ese agua con un apaño añadiendo una tubería que rodeaba el perímetro de la terraza, que tanto visual como funcionalmente estropeaba el espacio. Las reducidas dimensiones, el problema de la tubería en el perímetro y las larga lista de cosas que querían para la terraza hacía que a priori el proyecto fuera complicado pero le dimos la vuelta y les presentamos unos bocetos que hacían de la necesidad virtud y que planteaban un diseño de mueble perimetral que liberaba el centro de la terraza para múltiples usos, ocultaba la tubería y que además enmarcaba las vistas hacia el horizonte.
Con estos primeros croquis se quedaron encantados y nos pusimos a trabajar en el presupuesto y la planificación de la obra ya que hacer una reforma en una vivienda siempre es una invasión y es importante programarla para que sea lo menos molesta posible.
Estructuramos la obra en dos fases, la primera para hacer la impermeablización, el montaje de los pavimentos de madera y ensamblar las diferentes piezas que forman el perímetro de la terraza, parte del mueble como el banco-baúl así como las jardineras forradas de madera se hicieron en taller para minimizar el trabajo in situ. Una vez terminada la fase de la obra con madera realizamos las plantaciones, el riego y el montaje final de atado de trepadoras.
Hubo un momento de pánico cuando comenzamos el montaje de las jardineras porque son más grandes de lo que parece y los propietarios creyeron que podía no quedar bien, pero les tranquilizamos y es que ese momento de empezar a ver cómo queda pero cuando aún está a medias es un poco aterrador, pero confiaron en la idea y en nosotros y seguimos la obra. Cuando todo estuvo bien colocado y con las plantas la verdad es que el efecto era estupendo así que quedaron encantados.
La verdad es que la primera vez fue todo muy sencillo, porque ya teníamos experiencia, pero aún así cuando la obra es completamente tuya la responsabilidad siempre es mayor aunque también la satisfacción. Manejar la relación con el cliente e intentar no perturbar su día a día con la obra siempre es la parte más complicada y también una de las que más cuidamos.
Lo mejor fue el resultado y que esta obra nos ha abierto muchas posibilidades fundamentalmente porque supuso el comienzo de un estilo por el que muchos otros nos han llamado, un jardín urbano y de bajo mantenimiento con materiales cálidos como la madera pero con un diseño actualizado y de lineas modernas en un espacio de reducidas dimensiones (3×3,5 metros) pero que resulta acogedor y que funciona a muchos niveles.
Lo peor es que el ático no fuera nuestro porque en muchos aspectos era la casa de nuestros sueños: céntrica y espaciosa sin ser demasiado grande y con unas vistas espectaculares del atardecer en Madrid… ¡y con jardín!
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