Autorretrato con traje de terciopelo
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nace el 6 de julio de 1907 en la Ciudad de México, en la casa que hoy se conoce como La Casa Azul. A los 6 años Frida sufre de poliomielitis, un padecimiento que después será determinante en la deformación de su matriz y, finalmente, en su incapacidad para tener hijos. Sin embargo, la cortedad de su pierna derecha no le impide ser una estudiante inquieta y tenaz; realiza sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria.
A los 18 años, el 17 de septiembre de 1925, Frida tiene un trágico accidente. El autobús en el que viaja es arrollado por un tranvía. Más tarde escribiría en su diario: «y la sensación nunca más me dejó, de que mi cuerpo carga, en sí, todas las llagas del mundo«.
Regresaba de la escuela a casa, junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso púbico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. Al respecto, Frida comentaba que habría sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad. La medicina de su tiempo la atormentó con múltiples operaciones quirúrgicas (por lo menos 32 a lo largo de su vida), corsés de yeso y de distintos tipos, como asimismo diversos mecanismos de «estiramiento».
“Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas”, frase extraída de su carta enviada en 1927 a su novio Alejandro Gómez Arías.
Durante su larga convalecencia comenzó a pintar de manera más continuada. La familia, sensibilizada por tamaña desventura, construye un caballete especial para que ella pudiese pintar sin levantarse de la cama e instala un espejo en el dosel, que le valdría muchos autorretratos a lo largo de los años.
“El accidente afectó mi carrera de manera positiva y negativa. Digo positiva porque fue lo que hizo que mi carrera creciera, estuve mucho tiempo en cama y lo único que podía hacer es trabajar en mis obras.
Durante esos meses mi cuerpo estaba tapado con un yeso y dibujaba en él hasta que no tuve espacio, entonces mi padre me compró un caballete y brochas para pintar y mi carrera comenzó. Fue negativo porque estuve en cama mucho tiempo y mi cuerpo está débil por ello”.
En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo “Autorretrato con traje de terciopelo” que dedicó a Alejandro Gómez Arias quien había roto la relación tras el grave accidente. Se lo dio como prueba de amor con la cual esperaba recuperar su afecto. Funcionó, al poco tiempo se reconciliaron. La pose aristrocrática refleja el interés de Frida en las pinturas del periodo Renacentista italiano. El mismo estilo reaparecerá después en sus pinturas “Retrato de Alicia Galant” y “Retrato de Adriana” en 1927. En la parte trasera del lienzo se puede ver la frase “Hoy es siempre todavía” escrita en alemán por Frida, un reflejo de su estado de ánimo tras la ruptura con Alejandro. En marzo de 1927 los padres de Alejandro lo enviaron a Europa con su tío para separarlo de Frida, a la cual no aprobaban. Antes de irse Alejandro le devolvió el cuadro. Este autorretrato fue una de las cuatro pinturas que mostró a Diego Rivera para pedirle opinión sobre su trabajo. Tras ver las pinturas Diego la definió como la más original.
«Me pinto a mí misma porque estoy con frecuencia sola y porque soy la persona a cual mejor conozco«.
En este primer autorretrato emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia: reflejar en sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían. Sus primeros retratos son oscuros, de formas rígidas y convencionales. “Mi pintura lleva con ella el mensaje del dolor. La pintura completa mi vida”. Posteriormente, en su tormentosa relación con Diego Rivera, perfeccionaría su técnica pictórica.»Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida … Uno en el cual un tranvía me tiró al suelo y el otro fue Diego.»
Llevó una vida poco convencional, fue bisexual y entre sus amantes estuvo León Trotski. Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Pintó unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. Frida expuso en vida en la Julien Levy Gallery, en Nueva York (1938); en la Galerie Renou et Colle, en París (1939); en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor, en la Ciudad de México (1940); en la Exhibición Internacional de Surrealismo, y en la Galería de Arte Contemporáneo de Lola Álvarez Bravo (1953).